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A explicar la Mapa, pulsa 
en las letras.

Explicacion Del Mapa
Que Representa
El Plan De Las Edades

--Las Edades
--Las Siegas
--Planos de Justificación
imputada y efectiva

--E1 proceder de nuestro
Señor Jesucristo

-- El proceder de sus seguidores
--Tres clases en la iglesia nominal
--
La separación en el tiempo de la Siega
--Glorificación de 1a clase ungida
--La clase de la Gran Tribulación
--Quema de la Cizaña
El Mundo bendecido
--E1 glorioso resultado

 

A - El mundo 
que fue

"Y que por esto, el mundo de entonces pereció anegado en el agua."
2 Pedro 3:6

B - El presente Mundo Malo  
"Para los incrédulos, en los cuales el dios de este siglo ha cegados los entendimientos a fin de que no resplandezca la luz del Evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios."
2 Cor. 4:4

C - El Mundo Venidero
"En la dispensación de la plenitud de los tiempos: reunirlo todo en Cristo, las cosas de los cielos y las de la tierra."
Efe. 1:10

     AL COMIENZO de este volumen presentamos un mapa que representa al plan de Dios para la salvación del mundo; en él hemos procurado ayudar la mente, por medio de la vista, a comprender algo del carácter progresivo del plan de Dios y de los pasos progresivos que deben dar todos los que quieran obtener el cambio completo de la naturaleza humana a la divina.

    En primer lugar, tenemos un diseño de las tres grandes dispensaciones A, B, C--la primera de éstas abarca el período de tiempo comprendido desde la creación del hombre hasta el diluvio; la segunda, B, desde el diluvio hasta el principio del Reino Milenario-de Cristo en su segunda venida; y la tercera, o la "Dispensación de la Plenitud de los Tiempos," C, se cuenta desde cl principio del reino de Cristo y prosigue durante todas "las edades por venir."
(Efe. 1:10; 2:7).

 

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    En las Escrituras frecuentemente se mencionan estas tres grandes dispensaciones. A la dispensación A, se le da el nombre de "el mundo que fue"; B le llama nuestro Señor "este mundo," Pablo "el presente mundo malo," y Pedro "el mundo de ahora." A la dispensación C se le llama "el mundo venidero" en el cual mora la "justicia," en contraste con el presente mundo malo. Ahora reina el mal y sufren los justos, mientras que en el mundo venidero se trocará este orden: la justicia reinará, los malos sufrirán, y finalmente será destruido todo mal.  

    El plan de Dios en lo referente a los hombres tiene un diseño distinto y separado en cada una de estas tres grandes dispensaciones, épocas o "mundos"; sin embargo, cada una no es más que parte del único gran plan que al completarse demostrará la sabiduría divina, aun cuando estas partes consideradas separadamente dejan de mostrar el profundo designio con que fueron permitidas.

 

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"El Mondo que fue se acabo con el diluvio.

 

 

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    Puesto que el primer "mundo" (cielos y tierra, o sea ese orden de cosas) pasó cuando el diluvio, se deduce que debió ser un orden diferente de cosas al de "este presente mundo malo" del cual Satanás es el príncipe, según dijo nuestro Señor; de esto inferimos que el príncipe de este mundo no lo fue del mundo que existió antes del diluvio ano cuando no dejaba de tener influencia en él. Varias Escrituras arrojan luz sobre el proceder de Dios durante ese tiempo, dando de este modo un conocimiento más claro de su plan entero.

    La idea insinuada por estas citas es la de que el primer "mundo" o dispensación antes del diluvio, estuvo bajo la inspección y especial ministerio de los ángeles, a quienes se les permitió hacer lo que estuviera a su alcance para recobrar a la raza caída y degenerada. No cabe duda que con el permiso de Dios, estaban deseosos de hacerlo, puesto que su interés se manifestó en el cántico de júbilo por las obras de la creación. ( Job 38:7)

    Que a los ángeles se les permitió gobernar en esa primera época, aun cuando no tuvieron éxito al hacerlo, no solo se indica por todas las referencias que hay to cantes a ese período, sino que puede inferirse, y con razón, de la expresión del Apóstol, cuando al contrastar la presente dispensación con la pasada y la futura, dice:

"Porque no ha sujetado a los ángeles el mundo venidero." (Heb. 2:5)

     Nó, ese mundo estará bajo el mando de Jesús y de sus coherederos; por eso no solo será una administración más justa que la del "presente mundo" sino que también tendrá más éxito que la del primer mundo o dispensación bajo el "ministerio de los ángeles," cuya falta de capacidad para reformar la raza se manifestó en el hecho de que llegó a ser tan grande la iniquidad del hombre, que Dios en su ira y justa indignación destruyó con un diluvio a toda la raza entonces en existencia, excepción hecha de ocho personas. Gén. 7:13

 

wpe62F.jpg (2520 bytes)     Durante el "presente mundo malo" se le permite al hombre que ensaye gobernarse a sí mismo, mas a causa de su caída, él se encuentra bajo el dominio del "príncipe de este mundo," en contra de cuyas maquinaciones e intrigas en vano ha luchado durante el largo período desde el diluvio hasta la actualidad, en sus esfuerzos por gobernarse a sí mismo.

    Esta tentativa de dominio, por el hombre bajo Satanás, pronto terminará en medio de la mayor tribulación que el mundo ha conocido. Así se habrá probado no tan solo la futilidad del poder angélico para salvar la raza, sino también le de los esfuerzos del hombre para llegar a una condición satisfactoria.

 

D -
El Edad de los Patriarcas
Dios observó una conducta especial con los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob.

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     La segunda de estas grandes dispensaciones, B, se compone de tres edades diferentes, cada una de las cuales en un modo progresivo, guía hacia arriba y hacia adelante en el plan de Dios.

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D, fue la edad en la cual Dios observó una conducta especial con los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob.

 

E - La Edad Judaica
"De todas las tribus de la tierra s
ólo conoci a vosotros..." Amós 3:2

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    E, es la "Edad Judaica," o sea el período subsecuente a la muerte de Jacob, durante el cual su posteridad fue tratada por Dios como pueblo suyo, estando bajo su cuidado especial. Les mostró grandes favores y les dijo:

"A vosotros solamente he conocido (reconocido con favor) de entre todas las familias de la tierra."
(Amós 3:2)

    Estos, como nación, tipificaban a la Iglesia Cristiana; la "nación santa, el pueblo de posesión exclusiva." Las promesas que a ellos fueron hechas eran típicas de las "promesas mejores" hechas a nosotros. Su jornada a través del desierto hacia la tierra prometida era típica de nuestra jornada en el desierto del pecado hacia la Canaán celestial. Sus sacrificios los justificaba de una manera típica, mas no en realidad, puesto que la sangre de toros y de machos cabríos no puede quitar el pecado. (Heb. 10:4)

     Mas en la Edad Evangélica, F, tenemos los "mejores sacrificios" en rescate por los pecados de todo el mundo. Tenemos el "Sacerdocio Real" compuesto de todos los que se ofrendan a Dios como "sacrificio vivo" santo y acepto por medio de Cristo Jesús, quien es el Jefe o "Sumo Sacerdote de nuestra profesión."
(Heb. 3:1)

    En la Edad Evangélica tenemos la realidad de las cosas de que la Edad Judaica, sus servicios y ordenanzas eran solamente sombras.
Heb. 10:1

 

F - La Edad Evangélica
"Por tanto, hermanos santos, part
ícipes de una vocación celestial, considerad al Apóstol y Sumo Sacerdote de la fe que profesamos: Jesús." Heb. 3:1
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    La Edad Evangélica F, es el período en que los miembros del Cuerpo de Cristo se escogen de entre la humanidad, y que por medio de la fe se les muestra la corona de vida junto con las grandes y preciosas promesas, por medio de las cuales (obedeciendo a la llamada y a sus requisitos) serán hechos partícipes de la naturaleza divina.
(2 Ped. 1:4)

    Todavía se permite que el mal reine o gobierne en el mundo, para que, puestos en contacto con él, los de esta clase, prueben si tienen voluntad en abandonar la naturaleza humana con sus privilegios y bendiciones, ser un sacrificio vivo, para que uniéndose a Jesús en la semejanza de su muerte puedan considerarse dignos de ser a semejanza suya en la resurrección. Sal. 17:15

 

G -
La Edad Mesi
ánica
"Pues esperamos también conforme a su promesa cielos nuevos y tierra nueva en los cuales habite la justicia."
II Pedro 3:13

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    La tercera gran dispensación, C, se compondrá de muchas edades.-"las edades por venir."

    La primera de estas edades, el Milenio, designado con la letra G, es la única de que tenemos alguna información definida. Es el período de mil años en que Cristo reinará y bendecirá a todas las familias de la tierra, llevando a cabo la "restitución de todas las cosas de que hablaron todos los santos Profetas." (Hech. 3:19-21)

    Durante esa edad, para siempre serán borrados el pecado y la maldad, porque

"Es menester que Él (Cristo) reine hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies . . . Y el postrer enemigo destruido será la muerte"-la muerte Adámica. ( 1 Cor. 15:25, 26)

    Ese será el gran período de reconstrucción. La Iglesia, su Esposa, su Cuerpo, reinará juntamente con Cristo, como El lo prometió diciendo:

"Al que venciere le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono." Apoc. 3:21

 

H - "Las Edades por Venir"  
"Para que en las edades venideras se manifieste la sobreabundante riqueza de su gracia mediante la bondad que tuvo para nosotros en Cristo Jesús." Efe. 2:7

    Las "edades por venir," H, en seguida del gran período de reconstrucción, serán edades de perfección, de bendición y de felicidad; las Escrituras no dicen nada respecto a la obra que se llevará a cabo en ellas.

    Por ahora, nos basta saber que serán edades de gloria y de bendición bajo el favor divino. 

    Cada una de estas edades o dispensaciones tiene estaciones distintas para el principio y el desarrollo de su obra, y cada una termina con una Siega que manifiesta sus frutos.

 

La Siega de la Edad Judaica
"Levantad vuestros ojos, y mirad los campos, que ya est
án blancos para la siega." Jn. 4:35, Mat. 3:11,12
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    La Siega que hubo al final de la Edad Judaica fue un período de cuarenta años, comprendidos desde que el Espíritu Santo descendió sobre los Apóstoles y demás fieles de la iglesia primitiva hasta el año
70 E. C., cuando el gobierno judaico fue por completo destruido. Al principio de esa Siega terminó la Edad Judaica y principió la Evangélica.

    No obstante, según veremos más adelante, hubo un empalme de estas dos edades, como puede verse en el diagrama.

 

Jesus14Cross.jpg (4570 bytes)     La Edad Judaica terminó en cierta manera cuando el Señor rechazó a esa nación al final de su ministerio de tres años y medio, diciendo: "He aquí, vuestra casa os es dejada desierta." (Mat. 23:38) Sin embargo, se les mostró clemencia aún por tres años y medio después de esto, confiando a ellos solamente la llamada evangélica durante ese lapso de tiempo, en armonía con la declaración del Profeta ( Dan. 9:24-27) concerniente a las setenta semanas (de años) de favor para con ellos, en medio de la última de las cuales sería cortado (moriría) el Mesías, mas no por sí mismo.

   "Cristo murió (no por sí mismo, sino) por nuestros pecados" de esta manera haciendo cesar el sacrificio y la oblación en medio de la semana-tres años y medio antes de que terminara el pacto de las setenta semanas del favor hacia los judíos. Por supuesto que cuando se hizo el verdadero sacrificio, los típicos no podían ser por más tiempo reconocidos por Jehová.

 

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Elevangelio a los gentiles
    Por lo tanto, en el sentido más completo, la Edad Judaica terminó al final de las setenta semanas, o sea tres años y medio después de la cruz, después de lo cual también se predicó el Evangelio a las gentiles comenzando con Cornelio. (Hech. 10:45) Esto terminó su edad en cuanto al favor y reconocimiento de la Iglesia Judaica por parte de Dios; su existencia nacional terminó en el gran tiempo de aflicción que siguió.

La Siega de la edad Evangélica
"Dejadlos crecer juntamente hasta le siega. Y al momento de la siega, dir
é a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y al trigo juntadlo en mi granero."
Mat. 13:30

"La siega es la consumación del siglo..."
Mat. 13:39

    En ese período de la Siega Judaica, la Edad Evangélica tuvo sus comienzos. El propósito de esta edad es la llamada, desarrollo y prueba de "el Cristo de Dios"- Cabeza y cuerpo. Esta es la Dispensación del Espíritu, por lo tanto, es muy apropiado el decir que la Edad Evangélica principió a la unción de Jesús "con el Espirítu Santo y con poder" (Hech. 10:38; Luc. 3:22; 4:1,18) al tiempo de su bautismo. En lo relacionado con la Iglesia, su cuerpo comenzó tres años y medio más tarde.

    Una "Siega" también constituye el período final de la Edad Evangélica, durante la cual hay otro empalme de dos edades-la terminación de la Edad Evangélica y el comienzo de la Edad Milenaria o de Restitución.

    La Edad Evangélica termina por grados de la misma manera que su modelo o "sombra" la Edad Judaica. De la manera como los primeros tres años y medio de la Siega, junto con los tres años y medio precedentes a ella, en un sentido especial fueron dedicados a una obra entre, y en beneficio del Israel carnal, y fueron años de favor, asimismo en esta Siega encontramos también siete años que tienen la misma relación con respecto a la Iglesia de la Edad Evangélica, a cuyo término vendrá un período de angustia ("fuego") sobre el mundo, en castigo por sus maldades y como preparativo para el reino de justicia del cual trataremos más adelante. 

N - El Plano de La Perfección Humana – Actual de Hecho
"
¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?...Pero si vemos a Aquel que fué hecho un momento menor que los ángeles..."
Heb. 2:6-9

P - El Plano de Justificacion Típica

"La Ley no es sino una sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, por lo cual nunca puede con los mismos sacrificios, ofrecidos sin cesar año tras año, hacer perfectos a los que se le acercan."
Heb. 10:1

R - El Plano de Pecado y Depravidad
"Por tanto, como por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, también asi la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron." 
Rom. 5:12

El Camino A La Gloria

     K, L, M, N, P, R, cada una de estas letras representa un plano diferente.

    N es el plano de la naturaleza humana perfecta

    Adam antes de pecar se encontraba en él mas desde el momento en que desobedeció, cayó al plano pecaminoso o depravado R, en el que nace toda su posteridad. Esto corresponde al camino ancho que guía a la destrucción.

     P representa el plano de la justificación típica, que se reconocía como efectuada por medio de los sacrificios según la Ley. 

    No era la perfección actual o de hecho, puesto que "la Ley nada perfeccionó." Heb 7:19

    N no solo representa el plano de la perfección humana que en un tiempo ocupó el hombre perfecto, Adam, sino también la posición en que se encuentran todas las personas justificadas.

    "Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras," y por consiguiente, todos los creyentes en Cristo, todos los que aceptan su obra perfecta y consumada, y la aprovechen para su propia justificación, a causa de su fe son considerados por Dios como justificados, como si fueran hombres perfectos que nunca hubieran pecado.

    De modo que todos los que acepten a Cristo como su Redentor son considerados por Dios en el plano de perfección humana, N; este es el único medio por el cual el hombre puede acercarse a Dios, o tener comunión con El. Dios llama hijos-hijos humanos- a todos los que están en este plano. 

    En este sentido Adam fue un hijo de Dios (Luc. 3:38) y antes de su desobediencia tuvo comunión con El. Todos los que acepten el rescate completo hecho por Jesús, se reputan o cuentan como restaurados a la pureza primitiva y como resultado, tienen comunión con Dios.

    Durante la Edad Evangélica Dios ha hecho una oferta especial a los seres humanos justificados, diciéndoles que, bajo ciertas condiciones, pueden experimentar un cambio de naturaleza; que pueden dejar de ser humanos, terrenales, para venir a ser en cambio seres espirituales o celestiales como Cristo su Redentor.

    Algunos creyentes personas justificadas—se sienten satisfechos con el gozo y la paz que tienen creyendo en el perdón de sus pecados, y así, no escuchan la voz que los invita a ocupar un plano más elevado.

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El Bautiso -
Un s
ímbolo de la consagración.

  "Os ruego, hermanos, por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios culto espiritual vuestro."
Rom. 12:1

    Otros, movidos por el amor de Dios que los rescató del pecado, y sintiendo que al haber sido comprados ya no se pertenecen a sí mismos, dicen: "Señor, ¿qué quieres que yo haga?" Para éstos el Señor da la respuesta por medio de Pablo, quien dice:

"Ruégoos pues hermanos, por las misericordias de Dios, que le presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo y acepto a Dios, vuestro servicio razonable." (Rom. 12:1)

    ¿Qué es lo que quiere decir el Apóstol al instarnos a que nos presentemos como sacrificios vivos? El quiere decir que deberíamos consagrar a Dios toda capacidad y talento que poseamos, y que de ahora en adelante no vivamos para nosotros mismos, ni para nuestros amigos, la familia, el mundo, ni con ningún otro objeto que no sea el de servir con toda obediencia a Aquel que nos compró con su misma sangre preciosa.

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    Como quiera que Dios no aceptaba sacrificios típicos imperfectos o defectuosos, y puesto que todos somos pecadores a causa de la desobediencia de Adam, ¿podremos serle sacrificios aceptables? Pablo demuestra que lamente porque somos santos podemos ser sacrificios aceptos.

    No somos santos como Jesús que no conoció pecado, puesto que somos de la raza condenada; tampoco lo somos porque hayamos logrado por completo llegar a la perfección en nuestra conducta, puesto que nos damos cuenta de que no hemos obtenido esa perfección a la cual somos llamados, tenemos este tesoro en vasijas terrestres (frágiles y agujereadas), para que pueda verse como la gloria de nuestra final perfección no se debe a nuestro propio mérito, sino al favor de Dios.

     Nuestra santidad y aceptabilidad como sacrificios a Dios, se derivan del hecho que, desde el momento de nuestra consagración, El nos ha justificado libremente de todo pecado por medio de nuestra fe en el sacrificio de Cristo, llevado a cabo en beneficio nuestro.

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K - El Plano 
de Gloria

"A los que, perseverando en el bien obrar, buscan gloria y honra e incorruptibilidad, vida eterna."
Rom. 2:7

 

 

L - El Plano de el ser Espiritual Perfecto
"Jes
ús le dijo: No me toques más, porque no he subido todavía al Padre..."
Jn. 20:17

 

M - El Plano de
Engendramiento Espiritual
"Y el Esp
íritu Santo descendió sobre El, en figura corporal, como una paloma, y una voz vino del cielo: Tú eres mi Hijo, el Amado; en Ti me recreo..."
Luc. 3:22,
Hech. 10:38

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    Todos los que aprecian y obedecen esta llamada, se regocijan de ser reputados dignos de sufrir reproches por el nombre de Cristo, y no miran las cosas que se ven, sino las que no se ven, "la corona de vida," "el premio de nuestra llamada celestial en Cristo Jesús" y "la gloria que ha de ser revelada en nosotros."

    Estos, desde el momento de su consagración no son considerados por más tiempo como humanos, sino como engendrados de Dios por medio de "la Palabra de Verdad"; dejan de ser humanos para venir a ser hijos espirituales. Se encuentran ya un paso más cerca del premio que cuando creyeron al principio.

    Mas su existencia espiritual es aún imperfecta: son solamente engendrados del espíritu, mas no todavía nacidos. Son hijos espirituales en embrión, en el plano M o sea el del engendramiento del espíritu. Por ser engendrados del espíritu ya no se les considera como humanos, sino como seres espirituales; la naturaleza humana justificada, que en un tiempo fue suya, ha sido presentada y se reputa por muerta-un sacrificio vivo, aceptable y aceptado por Dios.

    Son criaturas nuevas en Cristo Jesús; las cosas viejas (las esperanzas, las ambiciones y la voluntad humanas) han pasado ya, y ahora todo es nuevo, porque "vosotros no estáis en la carne sino en el espíritu, si es así que el Espíritu de Dios habita en vosotros."
( 2 Cor. 5:17; Rom. 8:9)

    Si habéis sido engendrados del Espíritu, entonces, "ya moristeis (como seres humanos) y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios."

   El plano L representa la condición de la existencia perfecta espiritual; mas antes de llegar a él deben llevarse a cabo las condiciones de nuestro pacto. Una cosa es el comprometernos con Dios a reputarnos muertos en cuanto a todo lo humano, y otra cosa es cumplir ese pacto al través de toda nuestra carrera en la tierra, "venciendo el cuerpo (manteniéndolo como muerto)" y haciendo a un lado nuestra voluntad para tan solo llevar a cabo la del Señor. La entrada al plano L se califica de nacimiento, o sea, la entrada plena a la vida, como un sér espiritual.

    La Iglesia entera cuando haya sido juntada ("seleccionada") de entre el mundo, durante la "Siega" o fin de la Edad Evangélica, entrará en este plano. Los "muertos en Cristo se levantarán primero." Luego nosotros, los vivientes, los que quedemos, seremos cambiados en un momento-transformados en seres espirituales con cuerpos semejantes al glorioso de Cristo ( porque "esto mortal debe revestirse de inmortalidad") . Luego, habiendo llegado lo que es perfecto, lo que es en parte ( la condición del engendramiento, con sus diferentes estorbos y dificultades) terminará.

    Pero aún hay un paso más que dar hacia la perfección del ser espiritual, tal paso es a "la gloria que ha de seguir"-el plano K. No mas referimos aquí a la gloria individual, sino a la del poder y dignidad. Al llegar al plano L se obtiene la plena gloria personal, lo que significa un ser glorioso semejante a Cristo. Mas después de haber sido perfeccionados y por completo hecho semejantes a nuestro Señor y Cabeza, estaremos asociados con El en la gloria de su poder y oficio-nos sentaremos con El en su trono, así como El, a su resurrección, después de haber sido perfeccionado, fue exaltado a la diestra de la Majestad en lo alto. De esta manera entraremos a la gloria eterna, representada por el plano K.

a - Adán en Perfección  
"Y creó Dios al hombre a imagen suya; a imagen de Dios lo creó..."
"Vi
ó Dios todo cuanto había hecho; y he aquí que estaba muy bein..."
G
én. 1:27,31

b - Adán y su posteridad caídos antes del diluvio
"Viendo, pues, Yahv
é que era grande la maldad del hombre sobre la tierra..."
G
én. 6:5

c - Los Ancianos
"...Abrah
án creyó a Dios, y le fué imputado a justicia."
Rom. 4:3

d - La Humanidad desde el diluvio a la edad Milenaria
"Por tanto, como por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, también asi la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron."
Rom. 5:12

e - Israel según la carne justificados tipicamonte como un nación
"La Ley no es sino una sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, por lo cual nunca puede con los mismos sacrificios, ofrecidos sin cesar a
ño tras año, hacer perfectos a los que se le acercan."
Heb. 10:1

f - El tiempo de Angustia de los Judios
"El aventador est
á en su mano para limpiar su era y recoger el trigo en su granero, pero la paja la quemará en un fuego que no se apaga."
Luc. 3:17

g - Jesus
a la edad de 30 era un hombre perfecto
 
"Tened en vuestros corazones los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús...

"Sino que se despojó a sí mismo, tomando la forma de siervo, hecho semejante a los hombres. Y hallándose en la condición de hombre."
Fil. 2:5,7

    Estudiemos ahora cuidadosamente el mapa, y notemos las ilustraciones de los diferentes rasgos del Plan de Dios. En estas ilustraciones nos valemos de la figura de una pirámide para representar la perfección, a causa de su adaptabilidad, y por la referencia que a ella se hace en las Escrituras.

    Adam fue un sér perfecto, pirámide a. Nótese su posición en el plano N, que representa la perfección humana.

    En el plano R, el plano del pecado e imperfección, o el plano de la depravación, la pirámide truncada b, una figura imperfecta, representa al Adam caído y a su posteridad-depravada, pecaminosa y condenada.

    Abraham y otros de su tiempo que a causa de su fe fueron justificados 
( hasta el grado de tener comunión con Dios), están representados por la pirámide c, en el plano N.

    Abraham era miembro de la raza humana depravada, y por naturaleza pertenecía con todos los demás al plano R; mas Pablo nos dice que Abraham fue justificado por su fe.

    Esto, en la estimación de Dios, lo levantó muy por encima del mundo de pecadores depravados, hasta el plano N; y aun cuando todavía así era imperfecto no obstante a él le fue concedido el favor que Adam había perdido, es a saber, la comunión con Dios como su "amigo." (Sant. 2:23)

    Todos los que están en el plano de perfección N, son amigos de Dios y El es amigo suyo mas los pecadores ( en el plano R) están en enemistad con Dios-son "enemigos a causa de sus malas obras."

    La humanidad después del diluvio, representada por la figura d, continuó en el plano R, como enemiga de Dios, y allí permanecerá hasta que sea elegido la Iglesia Evangélica y principie el Milenio.

    Los que constituían el "Israel según la carne" durante la Edad Judaica, cuando los sacrificios típicos de los toros y machos cabríos los hacían limpios ( no en realidad sino típicamente, "porque nada perfeccionó la Ley"  Heb. 7:19), fueron justificados de una manera típica (e) en el plano P, el plano de la "justificación típica," la que duró desde que fue dada la Ley en el Monte Sinaí, hasta que Jesús puso fin a esa Ley, clavándola en la cruz.

    Allí terminó la justificación típica al instituirse los "sacrificios mejores" que los típicos judaicos, y los que en efecto

"quitan el pecado del mundo" haciendo en verdad perfectos a los que se allegan.  Heb 10:1

    La figura f representa el fuego de prueba y de aflicción por el cual pasó Israel según la carne cuando Jesús estuvo en este mundo cirniéndolo y sacando de la iglesia nominal el trigo verdadero, "los israelitas verdaderos," especialmente cuando El, después de la separación del trigo, quemó la paja (la parte que no servía de ese sistema) en "fuego inextinguible."  

    Fue un tiempo de angustia el cual no pudieron impedir ni detener. Véase Luc. 3:17, 21, 22; 1 Tes. 2:16 

    Jesús a la edad de treinta años era un hombre maduro y perfecto, representado por la pirámide g, habiendo dejado la gloria de la condición espiritual y obtenido en cambio la naturaleza humana, para que (por la gracia de Dios) pudiera morir por todos.

    La justicia de la ley divina es absoluta: ojo por ojo, diente por diente, y vida por vida. 

    Era necesario que un hambre perfecto muriera por la humanidad puesto que de ninguna otra manera podía hacerse frente a las exigencias de la justicia.

    Tan imposible era que la muerte de un ángel pagara la pena y libertara al pecador, como imposible el que la muerte de los "toros y machos cabríos" quitara los pecados.

    Por lo tanto, Aquel que es llamado "el Principio de la Creación de Dios" se hizo hambre, se "hizo carne" para poder dar el rescate (el precio correspondiente) que redimiría a la humanidad.

    Tenía que ser un hombre perfecto, pues de no ser tal, no hubiera hecho más que cualquiera otro miembro de la raza caída en lo tocante a proveer el precio del rescate.

    El fue "santo, inocente, inmaculado, apartado de los pecadores."  

    Tomó la misma forma o semejanza de los pecadores-"la semejanza de carne pecaminosa,"-la semejanza humana.

    Pero la tomó en su perfección; no participó de su pecado ni de sus imperfecciones, excepto cuando voluntariamente compartía con los pesares y los dolores de algunos, durante su ministerio, llevando sus dolencias y enfermedades cuando les impartía su vitalidad, su salud y su fuerza.

   Está escrito que "ciertamente El ha llevado nuestros padecimientos, y con nuestros dolores El se cargó" ( Isa 53:4), y también que "virtud (vida, vigor, vitalidad) salía de El y sanaba a todos." Mar. 5:30; Luc. 6:19; Mat. 8:16,17

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     Siendo hallado en forma de hombre (perfecto) se humilló y se hizo obediente hasta la muerte. Se presentó a Dios diciendo: "¡He aquí, yo vengo (en el rollo del libro está escrito de mí) para hacer, oh Dios, tu voluntad!" y esta consagración la simbolizó por medio del bautismo en agua. Cuando de tal manera se presentó, su ofrenda fue santa (pura) y aceptable a Dios, quien mostró su aceptación llenándolo de su poder y de su Espíritu-cuando el Espíritu Santo descendió sobre El, ungiéndolo.

h - Jesus,
engendrado por el esp
í
ritu en Jordan  
"Bautizado Jes
ús, salió al punto del agua, y he aquí que se le abrieron los cielos y vió
al Espíritu de Dios, en figura de paloma, que descendía y venía sobre El."
Mat. 3:16

i - Jesus Resurrectado como un ser divino
"Y El es la cabeza del cuerpo de la Iglesia, siendo El mismo el principio, el primog
énito de entre los muertos, para que en todo sea El lo primero."
Col. 1:18

    Al ser lleno del Espíritu fue engendrado a una naturaleza nueva-la divina-la que debía estar por completo desarrollada y lista para nacer cuando en su totalidad llevase a cabo su ofrenda, -el sacrificio de la naturaleza humana.

    Este engendramiento fue un paso hacia arriba fuera de las condiciones humanas, y está indicado por la pirámide h en el plano M, el del engendramiento del Espíritu.

    Jesús pasó tres años y medio de su vida en este plano, hasta que su existencia humana terminó en la cruz. 

    Luego, después de haber estado muerto durante tres días, fue levantado a la vida-a la perfección del sér espiritual (i, plano L), nacido del Espíritu-"el primogénito de entre los muertos." 

"Lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es."

    Por lo tanto, Jesús, a su resurrección, y después de ella, fue espíritu, un sér espiritual, mas en ningún sentido ni por más tiempo un sér humano.

    Cierto es que después de su resurrección tuvo poder para aparecerse, y se apareció como hambre para enseñar y probar a sus discípulos que no estaba muerto; pero El ya no era hombre, ni estaba dominado por las condiciones humanas, sino que podía ir y venir como el viento (aun con las puertas cerradas), y nadie podía decir de dónde venia ni a dónde iba.

"Así es todo aquel que nace del Espíritu."  Jn. 3:8. Compare con Jn. 20:19, 26

k - Jesus,
40 d
í
as despues de su resurrección en gloria divina  
"Que obr
ó en Cristo resucitándolo de entre los muertos, y sentá
ndolo a su diestra en los cielos."
Efe. 1:20,21

 

l - Jesus,
en la edad evang
élica, sentado con el Padre en Sutrono  
"Al vencedor le har
é sentarse conmigo en mi trono, así como Yo vencí y me senté con mi Padre en su trono."
Apoc. 3:21

    Desde el momento de su consagración en sacrificio, al tiempo de su bautismo, lo humano reconociese como muerto, dando comienzo a la naturaleza nueva, la que se completó a su resurrección, cuando El llegó al plano espiritual perfecto L, y fue levantado en un cuerpo espiritual.

    Cuarenta días después de su resurrección Jesús ascendió a la majestad en lo alto-al plano de la gloria divina, K (pirámide k). Durante la Edad Evangélica ha estado en gloria (l), se ha sentado con el Padre en su trono, siendo la Cabeza de su Iglesia en la tierra, su guía y director.

    Al través de la Edad Evangélica la Iglesia ha estado en un proceso de desarrollo, de prueba y de disciplina, con el objeto de que al fin de la Siega de esta edad, pueda llegar a ser su Esposa y coheredera.

    Por eso ella le acompaña en sus sufrimientos, para poder también ser glorificada (plano K) con El cuando se llegue el tiempo debido.

    Los pasos de la Iglesia hacia la gloria son los mismos que los de su Guía y Señor, quien

"nos ha dejado un ejemplo para que sigamos en sus huellas,"

--con la diferencia de que la Iglesia comienza desde un plano más bajo.

    Como ya hemos visto, nuestro Señor vino al mundo en el plano de la perfección humana, N, mientras que todos nosotros, los de la raza adámica, estamos en un plano más bajo, R, -el plano del pecado, de la imperfección y de la enemistad con Dios.

    Por lo tanto, lo primero que necesitamos es ser justificados, para poder de esta manera llegar al plano N.  ¿Cómo se lleva a cabo esto? ¿Por medio de buenas obras? Nó, los pecadores no pueden hacer obras buenas.

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     No nos sería posible hacernos meritorios a los ojos de Jehová, mas "Dios encarece su amor hacia nosotros" (Rom. 5:8) Luego, la condición bajo la cual llegamos al plano de justificación o perfección, es la de que tengamos fe en su sangre, creyendo que El murió por nosotros, nos rescató y nos elevó hacia el plano perfecto del cual caímos en Adam.

    "Somos justificados (levantados al plano N) por la fe" Y "siendo justificados por la fe, tenemos paz con Dios." (Rom. 5:1), y no somos tenidas por más tiempo como enemigos, sino como hijos humanos, en el mismo plano con nuestro Señor y con Adam, con la diferencia de que ellos eran realmente perfectos, mientras que a nosotros, Dios solamente nos reconoce como talos. Nos damos cuenta de esa justificación reconocida o imputada por medio de fe en la Palabra de Dios, la que dice: Fuisteis "comprados," "redimidos," "justificados libremente de todas las cosas."

    A la vista de Dios nos encontramos sin culpa, inmaculados y santos, envueltos en el manto de la justicia de Cristo imputada a nosotros por medio de la fe. El consintió en que le fuesen imputados nuestros pecados para poder sufrir por nosotros la pena, y El murió en beneficio nuestro, como si fuese el pecador.

    Como consecuencia, el manto de su justicia se imputa a todos los que aceptan su redención, y trae consigo todos los derechos y bendiciones poseídos originalmente, antes de que entrase el pecado. Nos restaura a la vida y a la comunión con Dios. Esta comunión la podemos gozar inmediatamente por medio del ejercicio de la fe; la vida, y la más completa comunión y gozo, se nos reserva para "el debido tiempo" de Dios.

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    Pero tengamos presente que a pesar de ser la justificación una bendición muy grande, no obstante no cambia nuestra naturaleza.* Continuamos siendo seres humanos. Somos libertados del miserable estado del pecado y de la separación de Dios, y en vez de ser pecadores humanos, llegamos a ser hijos humanos; y entonces, porque somos hijos, Dios nos habla como a talos.

    Durante la Edad Evangélica El ha estado llamando al "pequeño rebaño" de "coherederos," diciendo: "Hijo mío, dome tu corazón," lo que equivale a decir: entrégate tú mismo, junto con todas tus energías y facultades terrenales, tu voluntad, tus talentos o habilidades, el todo de tu vida, de la manera como Jesús te ha puesto el ejemplo; en cambio, yo te haré hijo mío en un plano más elevado que el humano.

    Te haré hijo espiritual, con un cuerpo espiritual como el de Jesús resucitado-"la exacta reproducción de la persona del Padre." Si abandonas toda esperanza mundana, las ambiciones y propósitos terrenales, si por completo consagras la naturaleza humana y la consumes en mi servicio, te daré una naturaleza más elevada que al resto de tu raza; te haré "participante de la naturaleza divina," heredero de Dios y coheredero con Cristo si es así que sufres con El para que juntamente seas glorificado.


   *La palabra naturaleza se usa en un sentido figurado cuando se dice que un hombre tiene una naturaleza malévola. Estrictamente hablando, nadie es malo por naturaleza.

   La naturaleza humana es "muy buena." un imagen terrenal de la naturaleza divina. Asi que todo hombre es de naturaleza buena, la dificultad se encuentra en que esta naturaleza buena se ha hecho depravada.

   No es pues natural el que un hambre sea nulo, brutal, etc., mas al lo es, en cambio, el que refleje la imagen divina. En este. ñu sentido primitivo, es ron el que usamos.

   In palabra naturaleza que motivó esta nota Somos justificados por Cristo a una restitución completa de todos los privilegios y bendiciones de nuestra naturaleza humana-la imagen terrena de Dios.

    Los que aprecian en su verdadero valor este premio que se les muestra en el Evangelio, ponen a un lado todo fardo y corren con paciencia la carrera señalada, con el deseo de ganarlo. Para obtener nuestra justificación, las buenas obras no nos fueron requeridas. Jesús nuestro Señor hizo todo lo que se necesitaba con ese fin, y cuando por la fe aceptamos su obra ya completa, fuimos justificados y elevados al plano N. Mas ahora, si queremos ir más adelante, no podemos ir sin las obras.

    Cierto es que no debemos perder nuestra fe, puesto que en tal caso perderíamos nuestra justificación; pero estando justificados, y continuando en la fe, somos competentes (por la gracia que nos es concedida al ser engendrados del Espíritu) de hacer buenas obras para traer fruto agradable al Señor. Y Dios lo requiere, porque es el sacrificio que nos hemos comprometido a efectuar. Dios requiere que mostremos nuestra apreciación de este gran premio dando por él todo lo que tenemos y todo lo que somos, no a los hombres, sino a El mismo- esto es lo que constituye un sacrificio santo, y por medio de Cristo, aceptable a Dios-nuestro culto razonable.

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La limosna de la Viuda -- Muestra el Cristiano dardo todo en su consagración.

 

 

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    Cuando presentamos todas estas cosas decimos: Señor, ¿cómo quieres que te entregue este mi sacrificio, mi tiempo, mi talento, mi influencia y demás cosas? Luego, al examinar la Palabra de Dios para obtener la respuesta, oímos su voz dándonos instrucciones para que le entreguemos nuestro todo de la manera que lo hizo nuestro Señor: haciendo el bien a todos los hombres, especialmente a los miembros de la familia de la fe, sirviéndoles ya el alimento espiritual o el natural, vistiéndolos con el manto de la justicia de Cristo o con vestiduras para el cuerpo humano, como podamos y según la necesidad.

    Habiendo consagrado nuestro todo, somos engendrados del Espíritu y llegamos al plano M, y ahora, por medio del poder a nosotros concedido, y haciendo uso de él, seremos competentes para cumplir nuestro pacto y salir vencedores, y más que vencedores, por medio (del poder o Espíritu) del que nos amó y nos compró con su preciosa sangre. Pero aún así, andando en las huellas de Jesús,

"Nunca creas ya ganada la victoria,
Ni te sientes un momento a descansar;
Terminarás el camino hacia la gloria
Cuando tu corona logres alcanzar."

    Habremos ganado la corona cuando nosotros, como nuestro fiel hermano Pablo, hayamos peleado una buena pelea y terminado la carrera. Nunca antes. Hasta entonces debe ascender diariamente la llama e incienso de nuestro sacrificio de labor y de servicio, un sacrificio de grata aroma para Dios, aceptable por medio de Jesucristo nuestro Señor.

    Los de esta clase victoriosa que "duermen" (el sueño de la muerte) serán levantados como seres espirituales plano L, y los de la misma clase que están vivos y permanezcan hasta la venida del Señor, serán "cambiados" al mismo plano de existencia espiritual, y no "dormirán" ni un momento, aun cuando el "cambio" hará necesaria la disolución de la vasija terrestre. No serán ya seres débiles, terrenales, mortales ni corruptibles, sino que serán del todo nacidos del Espíritu-seres celestiales espirituales, incorruptibles e inmortales. 1 Cor. 15:44-52

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    No sabemos cuánto tiempo transcurrirá después de su "cambio" o perfeccionamiento como seres espirituales (plano L) antes de que, formando una compañía entera y completa, sean glorificados (plano K) con el Señor y unidos con El en poder y gran gloria.

    Entendemos que esta unificación y plena glorificación del cuerpo entero de Cristo con la Cabeza, serán "las bodas del Cordero" y su Desposada, cuando ésta entrará de lleno a participar de los goces de su Señor.

m - La clare engendrado por el espiritu que llegan a ser el gran muchadumbre
"...una gran muchedumbre que nadie podia contar, de entre todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, que estaban de pie ante el trono y ante el Cordero, vestido de t
ú
nicas blancas, con palmas en sus manos."
Apoc. 7:9

n - La clase engendrado por el espiritu que llegan a ser la Desposada de Cristo
"No tengas temor, peque
ño rebaño mío, porque plugo a vuestro Padre daros el Reino."
Luc. 12:32

    En el mapa, las letras n, m, p, q, representan cuatro clases distintas que en conjunto forman la entera Iglesia Evangélica nominal, la que pretende ser el cuerpo de Cristo. Tanto la clase n como la m están sobre el plano del engendramiento del Espíritu, M.

    Estas dos clases han existido juntas durante toda la Edad Evangélica; ambas han pactado con Dios que se harían sacrificios vivos, y ambas fueron "aceptadas en el amado" y engendradas del Espíritu como "criaturas nuevas."  

    La diferencia entre ellos es ésta; n representa a los que están cumpliendo su promesa y están muertos en Cristo para la voluntad, los propósitos y las ambiciones terrenas mientras qué la m representa la compañía mayor en número, de hijos engendrados del Espíritu, que, aun cuando han hecho el mismo pacto, no han tenido valor para llevarlo a cabo. La clase n se compone de los vencedores que serán la Desposada de Cristo, la que se sentará con el Señor en su trono de gloria, plano K.

    Este es el "pequeño rebaño" a los que al Padre le place darles el Reino. (Luc. 12:32) Los de la clase m, a causa del temor dejan de dar muerte a la voluntad humana, no obstante, 

    Dios los ama, y por lo tanto los traerá por el camino de la adversidad y de la aflicción al plano L, el plano de la perfección espiritual. Sin embargo, ellos habrán perdido el derecho al plano K, el trono de gloria a causa de no ser vencedores.

    Si apreciamos el amor del Padre, si deseamos ser aprobados por el Señor, si aspiramos a ser miembros de su cuerpo, su Esposa, y si queremos sentarnos en su trono, debemos cumplir nuestra promesa de sacrificio fielmente y llenos de voluntad.

p - Creyentes 
pero no completamonte consagrados
 
"Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos."
Mat. 22:14

q - Los que asistan a iglesias pero no creen; hipocritas
"Guardaos de los falsos profetas, los cuales vienen a vosotros disfrazados de ovejas, mas por dentro son lobos rapaces."
Mat. 7:15

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"Dejadlos crecer juntamente hasta la siega. Y al momento de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemaria, y al trigo juntadlo en mi granero."  
Mat. 13:30

 

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    La mayoría de la Iglesia nominal está representada por la sección p. Nótese que no están en el plano M, sino en el plano N. Están justificados mas no se encuentran santificados. No se han consagrado enteramente a Dios y por lo tanto no han sido engendrados del Espíritu. Sin embargo, se encuentran en un plano más elevado que el mundo, porque aceptan a Jesús como rescate por sus pecados, pero no han aceptado la llamada celestial de esta edad, para venir a formar parte de la familia espiritual de Dios.

    Si continúan en la fe y se someten por completo a las leyes justas del Reino de Cristo, en el tiempo de la Restitución obtendrán finalmente la semejanza del hombre terrenal perfecto, Adam. Recobrarán en su totalidad todo lo que perdieron en él. Llegarán a la misma perfección humana-mental, moral y física-y serán otra vez a la semejanza de Dios como Adam lo fue, pues, para todo esto fueron redimidos. Y su posición de justificación, en el plano N, como creyentes en la salvación por medio de Cristo, es una bendición especial, la cual ellos, por medio de la fe, gozan antes que el resto del mundo (porque a todos se les suministrará un conocimiento claro de la Verdad en la Edad Milenaria).

    Además, éstos tendrán la ventaja de que empezaron primero y que ya han progresado algo en la propia dirección. Mas la clase p deja de aprovecharse del beneficio real de esta justificación en el tiempo presente. Esta se concede ahora con el propósito especial de habilitar a algunos para hacer un sacrificio aceptable y venir a formar parte de la clase n como miembros del "cuerpo de Cristo."

    Los de la clase p reciben la gracia de Dios (el conocimiento de la oportunidad para ganar la recompensa de la llamada celestial y la justificación como hijos humanos) "en vano." ( 2 Cor. 6:1); dejan de usarla con el fin de seguir adelante a presentarse como sacrificios aceptables. El Apóstol llama "hermanos" a los de esta clase ano cuando no son "santos" ni miembros del "cuerpo" consagrado. (Rom. 12:1). En el mismo sentido, la raza entera, cuando todos sus miembros sean restaurados, serán para siempre hermanos del Cristo e hijos de Dios, aun cuando de una naturaleza diferente. Dios es el Padre de todos los que estén en armonía con El, en todo plano y de toda naturaleza.

    Otra clase en conexión con la iglesia nominal, que nunca ha creído en Cristo como sacrificio por sus pecados y que por consiguiente no están justificados, o en el plano N, se representan debajo del plano, N, por la sección q. Estos son "lobos con piel de oveja," sin embargo, se dan el nombre de cristianos y son reconocidos como miembros de la iglesia nominal.

    No son verdaderos creyentes en Cristo como su Redentor; pertenecen al plano R forman parte del manda, y están fuera de su lugar en la iglesia, siéndolo perjudicial. La iglesia ha existido en esta condición mixta, con estas varias clases n, m, p, q, uniéndose y tomando todas el nombre de cristianos.

    Como Cristo lo predijo, el reino de los cielos (la iglesia nominal) es semejante a un campo sembrado de trigo y de cizaña. Y El dijo que dejaran "crecer juntamente lo uno y lo otro hasta el tiempo de la Siega," al fin de la edad. Al tiempo de las Siega El dirá a los segadores (los "ángeles"- mensajeros) que cojan la cizaña y la aten en manojos para quemarla, pero que el trigo lo recojan en el granero.  Mat. 13:38, 41, 49

    Estas palabras de nuestro Señor nos muestran que aun cuando El se proponía permitir que ambas clases crecieran juntamente durante la Edad y que ambas clases fueran reconocidas como miembros de la iglesia nominal, también tenía el propósito de que hubiera un tiempo de separación entre estos elementos, cuando los que verdaderamente forman su Iglesia, sus santos (n), aprobados y reconocidos por Dios serían manifestados. Mat. 13:39

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    Durante la Edad Evangélica, tanto la buena simiente como la falsa, la cizaña, han estado creciendo una al lado de la otra. "La buena simiente son los hijos del reino," los hijos espirituales en las clases m y n mientras que la cizaña son "los hijos del Maligno."

    Todos los de la clase q y muchos de la clase p son por lo tanto "cizaña" puesto que "ninguno puede servir a dos señores," y "siervos sois de aquel a quien servís"; siempre y cuando que los de la clase p no consagran su servicio ni sus talentos al Señor que los compró-un servicio razonable-sin duda dedican mucho de su tiempo y de sus talentos realmente en oposición a Dios, y por lo tanto, en el servicio del enemigo.

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El tiempode la Siega es un tiempo de Separación el trigo de la cizaña.

 

    Ahora véase en el mapa la "Siega" o fin de la Edad Evangélica; nótense las dos partes en que está dividida- tres años y medio y treinta y seis años y medio-el paralelo exacto de la Siega de la Edad Judaica.

   Esta Siega, como la de la Edad Judaica, va a ser primeramente un tiempo de prueba y de separación sobre la Iglesia, y más tarde será un tiempo de ira en el cual "las siete últimas plagas" serán derramadas sobre el mundo, inclusive la iglesia nominal. La iglesia judaica en el plano carnal, era la "sombra" o modelo de todo lo que la Iglesia Evangélica goza en el plano espiritual. Lo que sirvió de prueba a Israel según la carne en la Siega de su edad, fue la VERDAD que entonces se presentó.

    La verdad que debía conocerse entonces fue la hoz que separó a los "verdaderos israelitas" de la iglesia judaica nominal; comparada con el número que profesaba serlo, fue insignificante la cantidad de trigo verdadero. Así acontece en la Siega de esta edad. La Siega de la Edad Evangélica, lo mismo que lo fue la de la Edad Judaica, estará bajo la dirección del segador principal, Jesús, nuestro Señor, quien para ese entonces estará presente. (Apoc. 14:14)

    La primera tarea de nuestro Señor en la Siega de esta edad será separar lo verdadero de lo falso. A causa de su condición mixta, el Señor llama "Babilonia"-confusión-a la iglesia nominal; la Siega es el tiempo señalado para separar las clase diferentes que existen en ella, y para madurar la clase n. Se separará el trigo de la cizaña, el que esté maduro del que no lo está, etc. Los de la clase n son las "primicias" del trigo, y a su debido tiempo, después de que sean separados, llegarán a ser la Esposa de Cristo, la que para siempre estará con su Señor y será como El.

r - Jesus, en su Segundo Advenimiento
"Y cuando me haya ido y os haya preparado el lugar, vendr
é otra vez y os tomaré junto a Mí, a fin de que donde Yo estoy, estéis vosotros tambié
n."
Jn. 14:3

s - La marada pequeña separandose de la iglesia nominal

"Oí otra voz venida del cielo que decía: Salid de ella, pueblo mío, para no ser solidario de sus pecados y no participar en sus plagas."
Apoc. 18:4

S - El tiempo de angustia del mundo durante la Siega Evangelica La separacion del trigo y la cizaña.

    La separación de este pequeño rebaño de Babilonia se indica por la figura s. Está en vísperas de ser uno con el Señor, de llevar su nombre y de participar de su gloria.

    La r representa el nacimiento del Espíritu. El Cristo glorificado, Cabeza y cuerpo, está representado por la figura Ü. Las figuras t, u, v representan a Babilonia-la iglesia nominal-cayendo y desmenuzándose durante "el tiempo de angustia" en el "día del Señor."

    Aun cuando esto aparece como una cosa terrible, sin embargo, será en verdad de mucha ventaja para el trigo verdadero. Babilonia cae porque no es lo que pretende ser. La Iglesia Nominal contiene muchos hipócritas que se han asociado con ella a causa de su honrosa posición a los ojos del mundo, y quienes están convirtiendo a Babilonia en una peste a su olfato. El Señor siempre ha conocido su verdadero carácter, pero según su propósito, los deja, hasta el tiempo de la Siega, cuando El

"Recogerá (y atará en manojos) de entre su reino ( la Iglesia verdadera) a todos los tropiezos y los que hacen iniquidad, y los echará en el horno de fuego (angustia, destructiva para su sistema nominal y su profesión falsa)...  Entonces los justos (la clase n) resplandecerán como el sol en el reino de su Padre." (Mat. 13:41-43).

    La angustia que caerá sobre la iglesia será ocasionada en gran parte por el aumento de la Infidelidad y del Espiritismo de diferentes clases; las pruebas serán muy severas puesto que Babilonia tiene muchas doctrinas contrarias a la Palabra de Dios.

    De la manera como en la Siega de la Edad Judaica la Cruz de Cristo fue una piedra de tropiezo para los judíos, ansiosos de gloria y poder, y una insensatez para los griegos, llenos de sabiduría mundana, asimismo en la Siega de la Edad Evangélica, la misma Cruz será nuevamente piedra de tropiezo y roca de ofensa.

t - La Gran Muchadambre
"Si, empero, sobre este fundamento se edifica oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja,

"La obra de cada uno se hará manifiesta, porque el día la descubrirá, pues en fuego será revelado; y el fuego pondrá a prueba cuál sea la obra de cada uno."
I Cor.  3:12,13

u - Babylonia Cayendo
"Y la gran ciudad fu
é dividida en tres partes, y las ciudades de los gentiles cayeron, y Babilonia la grande fué recordada delante de Dios, para darle el cáliz del vino de su furiosa ira."
Apoc. 16:19

v - Babylonia, el elemento hipocrítica
"Y clam
ó con gran voz diciendo: Ha  caído, ha caído Babilonia la grande, y ha venido a ser alberque de demonios y refugio de todo espíritu inmundo y refugio de toda ave impura y aborrecible."
Apoc. 18:2

w - El Cristo Glorificado Capeza y Cuerpo  
"Y vi la ciudad, la santa, la Jerusal
én nueva, descender del cielo de parte de Dios, ataviada como una novia que se engalana para su esposo."
Apoc. 21:2

    Todo aquel que haya edificado sobre Cristo cualquiera otra cosa que no sea el oro, la plata y las piedras preciosas de la verdad, y un car á cter correspondiente, se encontrar á acosado en gran manera durante el tiempo de la ira ("fuego") puesto que toda la madera, el heno y los rastrojos de las doctrinas y las prácticas, serán consumidos.

    Los que han edificado sabiamente y que como consecuencia son poseedores del carácter aprobado, estñ representados por la figura s; mientras que la t representa la "Gran Compañía" de engendrados del Espíritu, que han edificado con madera, heno y rastrojo, que a pesar de ser "trigo" no se habrá madurado aún al tiempo de juntarse las primicias (s).

    Estos tales (t) pierden el premio del trono y de la naturaleza divina, pero finalmente llegarán a nacer como seres espirituales de un orden más bajo que la naturaleza divina.

    Aun cuando éstos son verdaderamente consagrados, a tal grado los vence el espiritu del mundo que dejan de entregar sus vidas en sacrificio.

    Aun en la "Siega" mientras que por medio de la verdad se efectúa la separación de los miembros aún vivientes de la Desposada, los oídos de los demás, inclusive la clase t serán muy duros para ór. Creerán con lentitud y procederán igualmente en ese tiempo de separación.

    No cabe duda que se desanimarán grandemente cuando sepan que la selección de la Desposada se ha completado y que ya estará unida con el Señor, y que ellos, por ser tan descuidados y estar sobrecargados, han perdido el gran premio; mas al empezar a discernir la belleza de plan de Dios, el cual es de amor, tanto para ellos como para la humanidad entera, se mitigará su pesar, y cantarán:

"¡Aleluya! Porque el Señor Dios Omnipotente reina. Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque son venidas las bodas del Corde ro, y su Esposa se has preparado." (Apoc. 19:6-7)

    Nótese también la abundante provisión del Señor,a ellos se les envía unmensaje–Aun cuando no sois la Desposada del Cordero, podéis estar presentes a la boda:  

"Bienaventurados los que son llamados a las bodas del Cordero." (Ver.9)

    Esta compañía, cuando sea tiempo, y pormedio de los castigos del Señor, vendrá a estar en plena armonia con El y con su plan, y lavarán sus vestiduras para que puedan ocupar un lugar al lado de la Esposa (y), en el plano espiritual L. Apoc. 7:14-15

    El tiempo de angustia, en el car ácter con que afectar á al mundo, será después de que Babilonia haya empezado a caer y a desmembrarse. Será un derrumbamiento de toda sociedad y gobiernos humanos, preparando al mundo para el reinado de justicia.

    Durante el tiempo de angustia, Israel según la carne (e), que fue rechazado hasta que llegara la plenitud des los gentiles, será restaurado al favor de Dios, y la Iglesia Evangélica, o el Israel Espiritual, se completará y glorificará. Durante la Edad Milenaria, Israel será la nación principal de la tierra, estando a la cabeza de todos los que tengan existencia en el plano terrenal, y, hacia ella, en unidad y armonía, gradualmente serán atraídos todos los obedientes.  

x - La clase de Cristo Glorificada y Reinando
"...sino que ser
án sacerdotes de Dios y de Cristo, con el cual reinarán los milañ
os."
Apoc. 20:6

y - El Gran Muchadumbre
"...una gran muchedumbre que nadie podia contar, de entre todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, que estaban de pie ante el trono y ante el Cordero, vestido de t
únicas blancas, con palmas en sus manos."
Apoc. 7:9

z - Israel según la carne restanrada
"Y de esta manera todo Israel ser
á salvo; según está escrito: De Sión vendrá el Libertador; El apartará de Jacob las iniquidades."
Rom. 11:26

    Su restauración a la naturaleza humana perfecta, lo mismo que la del mundo en general, será una obra gradual, necesitándose todo el Milenio para llevarla a cabo. Durante esos mil años del reinado de Cristo, los resultados de la muerte adámica serán gradualmente destruidos o extinguidos.

    Sus varias fases – las enfermedades, los dolores, las debilidades, y aun la misma tumba, rendirán obediencia al poder del Gran Restaurador, hasta que al final de esa edad, la gran pirámide de nuestro mapa habrá sido completado.

    El Cristo (representado por la x) será la cabeza de todas las cosas – la Gran Compania, los angeles y los hombres – despues del Padre; en seguida, según su rango, estará la Gran Compañía de seres espirituales (y), luego los ángeles; después Israel según la carne (z) incluyendo sólo a los verdaderos israelitas, quienes estarán a la cabeza de las naciones de la tierra; luego la humanidad (W) restaurada a la perfección del sér, semejantes a Adam, el jefe de la raza humana, antes de pecar.

    Esta restauracién se efectuará gradualmente durante la Edad Milenaria –

"Los tiempos de la restauración de todas las cosas." (Hech. 3:21)

    Sin embargo, algunos serán destruidos de entre el pueblo; primeramente todos los que con plena luz y oportunidad durante cien años rehusen progresar hacia la justicia y la perfección (Isa. 65:20), y en segundo lugar los que habiendo hecho progresos hacia la perfección resulten infieles en la prueba final al término de los mil años. (Apoc. 20:9)

    Estos morirán la muerte segunda de la cual no se promete ninguna resurrección ni restauración. Sólo se provee una prueba individual. Sólo un rescate se dará. Cristo no muere ya más.

    Cuando vemos el gran plan de Dios para la exaltación de la Iglesia, y por conducto de ella, las bendiciones para Israel y para todas las familias de la tierra, por medio de la restauración de todas las cosas, nos trae a la mente el cantico de los ángeles:

W - La Humanidad restaurada a la perfección y a armonía con Dios.  
"Y o
í una gran voz desde el trono, que decía: He aquí la morada de Dios entre los hombres. El habitará con ellos, y ellos serán sus pueblos, y Dios mismo estará con ellos..."
Apoc. 21:3

 

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"Gloria a Dios en las alturas y sobre la tierra paz, entre los hombres, buena voluntad."

    Esa será la consumación del plan de Dios – "la reunión de todas las cosas en Cristo." ?Quién dirá entonces que El no ha podido ejercer predominio sobre el mal y hacer que hasta la ira de los hombres y de los demonios redunde en su alabanza?

    La figura de la pirámide no tan soló sirve como ilustración de los seres perfectos, mas con bastante propiedad puede usarse para representar la unidad de la creación entera, la que, en cumplimiento del plan de Dios, será una, cuando la armonía y la perfección de todas las cosas sean obtenidas bajo la jefatura de Cristo, la Cabeza, no solamente de la Iglesia, su cuerpo, sino también de todas las cosas en el cielo y en la tierra. – Efe. 1:10

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    Cristo Jesús fue el "principio," "la Cabeza," "la piedra principal," "la piedra angular" de este gran edificio que ésta únicamente comenzado; toda piedra que se coloque debajo de ésta, debe encontrarse en armonia con las lineas y los ángulos de la superior. No importa cuántas clases de piedras haya en esta estructura, ni cuántas naturalezas distintas se encuentren entre los hijos de Dios, ya terrenales, ya celestiales, todos, para serle aceptables eternamente, deben conformarse a la imagen de su Hijo.

    Todos los que han de componer este edificio deben participar del espíritu de obediencia hacia Dios, y de amor hacia El y todas sus criaturas, grandiosamente ejemplificado por Jesús y en cumplimiento de la Ley –

"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, y a tu prójimo, como a tí mismo."

    De acuerdo con el bosquejo presentado en la Palabra de Dios con repecto a la reunión de todas las cosas, tanto celestiales como terrenales, bajo una sola cabeza, en el proceso de selección Cristo Jesús, la Cabeza, fue el primero; luego la Iglesia que es su cuerpo. Los ángeles y demás clases espirituales siguen en rango; luego los Patriarcas, los Profetas e "israelitas verdaderos," y el mundo a continuación. Empezando por los mas elevados, procederá el orden hasta que todos aquellos que lo deseen hayan sido puestos en armonia y unidad.

    Una peculiaridad es que está piedra probada, principal y angular esta colocada arriba y se le llama piedra de fundamento. Esto ilustra el hecho de que el fundamento de toda esperanza para con Dios y la justicia está puesto, no en la tierra, sino en el cielo.

    Los que edifiquen debajo de ella y se unan a este fundamento celestial son mantenidos junto a éste por medio de las atracciones y las leyes celestiales. Y aun cuando este orden es exactamento opuesto al que se observa en las estructuras terranales, cuán apropiado es que la piedra, a cuya semejanza se ha de hacer todo el edificio, se ponga primero.

    Cuán apropiado es también el que encontremos nuestro fundamento arriba y no abajo, y que nosotros, como piedras vivas seamos "edificados hacia arriba, a El en todas las cosas."

    Así progresará la obra durante el Edad Milenaria, hasta que toda criatura, de toda naturaleza, en el cielo y en la tierra, alabará y servirá a Dios de acuerdo con las lineas de una conducta de obediencia perfecta. El universo estará limpio entonces, pues en ese día

"Acontecerá que toda alma que no obedeciere a aquel Profeta, será exterminada de entre el pueblo" – en la segunda muerte. -- Hech. 3:22,23

 

 

 

 

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u - El Alatr de Bronce

 

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v-Lavar

 

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x- El Candelabro

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El Tabernaculo En El Desierto

    La misma lección mostrada en el Mapa de las Edades se enseña aquí en este tipo divinamente arreglado, cuyas lecciones, en otro libro, examinamos detenidamente. Lo colocamos a un lado para que se pueda notar debidamente que los diferentes planos o peldaños hacia el Santo de los Santos enseñan los mismos pasos ya examinados en detalle.

     Afuera de la Corte del Tabernáculo se encuentra el mundo entero en el pecado, en el plano de degradación R. Al entrar por la "Puerta" a la "Corte," llegamos a ser creyentes o personas justificadas, en el plano N.

     Los que van hacia adelante a las consagración, se apresuran hacia la Puerta del Tabernáculo, y al entrar a él (plano M), son hechos sacerdotes. Son fortalecidos con el "Pan de la Proposición," alumbrados por el "Candelabro" y pueden ofrecer incienso en el "Altar de Oro" aceptable a Dios por medio de Jesucristo.

    Finalmente, en la resurrección, entran a la condición espiritual perfecta, al "Santisimo" (Plano L) para ser asociados con Jesús en la gloria del reino, plano K.

 

 

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